El incendio forestal que se originó en Angueria, Portugal, y que alcanzó territorio español en la madrugada del lunes, ha sido finalmente controlado este miércoles a las 9:45 horas, según la información proporcionada por la Junta de Castilla y León. Las llamas, que cruzaron la frontera mediante pavesas impulsadas por el viento, arrasaron un total de 11 hectáreas de arbolado en la localidad zamorana de Alcañices.
Un fuego que puso en alerta a Castilla y León
El incendio se produjo en una zona de «arbolado apretado» y de difícil acceso en la Comunidad, lo que complicó las labores de extinción. Según explicó el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en un acto con los medios el pasado lunes, la situación se tornó crítica cuando una pavesa saltó la frontera, iniciando el fuego en suelo español.
A pesar de la rápida intervención de los equipos de extinción, las llamas se propagaron rápidamente debido a la densa vegetación y las condiciones meteorológicas, alcanzando el nivel 1 de alerta el lunes. Sin embargo, gracias al esfuerzo conjunto de las brigadas de ambos países, se logró reducir el nivel de peligrosidad a 0 el martes, hasta darlo por controlado este miércoles.
La situación en Portugal
En el lado portugués, el incendio ha afectado a un perímetro superior a los 16 kilómetros, según fuentes locales. Las autoridades lusas continúan trabajando en la zona, con la esperanza de que las condiciones meteorológicas permitan la extinción total en los próximos días. Este incendio es un recordatorio de la vulnerabilidad de las zonas fronterizas a fenómenos naturales que no conocen de límites territoriales.
Prevención y colaboración transfronteriza
El suceso ha puesto en evidencia la importancia de la colaboración transfronteriza en la lucha contra los incendios forestales, así como la necesidad de medidas preventivas más robustas para proteger estas áreas sensibles. Las autoridades de Castilla y León han insistido en la urgencia de implementar estrategias que minimicen el riesgo de incendios, especialmente en zonas de «arbolado apretado» como la afectada.
