Pisar el suelo del pórtico de la iglesia dedicada a San Miguel Arcángel en Sitrama de Tera es adentrarse en la Historia, al cruzar la portada del románico tardío se nos presenta sobre el muro norteño del templo un magnífico Crucificado. Es quizás una de las tallas más sorprendentes de esta iglesia, la situada frente a la entrada. Se trata de un crucificado del siglo XVIII. Una bella imagen posiblemente de la escuela de Gregorio Español debido a la singularidad de su musculatura y la policromía. Español, nacido en Astorga, tiene en la diócesis un buen numero de obras, cuando Gaspar Becerra comienza los trabajos del retablo de la seo astorgana decide llamar a Gregorio Español como ayudante.
Si atrás quedaba el coro con factura del siglo XVI, primorosamente trabajado su relieve sobre la viga que sujeta la plataforma, ante nuestros ojos se aprecia un arco gótico del siglo XV coincidiendo con la ampliación de la primitiva iglesia románica y de frente el retablo central neoclásico del siglo XIX donde se asientan las tallas del patrono, del siglo XVIII, junto a dos figuras de ángeles de Pasión y las imágenes de San Antonio Abad y de Padua.
A la izquierda del presbiterio, cuelga un lienzo del Desprendimiento de Jesús, de autor anónimo y datado en el 1.700 y que hoy domina la cara norte del presbiterio recordando a los grandes lienzos del monumento que se instalaba en estas fechas sujetado sobre las poleas de madera del artesonado mudéjar.
El Viernes Santo es por antonomasia la jornada que aglutina los actos más relevantes de la Semana de Pasión, en ciudades y pueblos. En varias localidades de la comarca persisten, a duras penas, tradiciones desbordantes de historia. Este es el caso de la antigua cofradía del Bendito Cristo de la Vera Cruz en Sitrama de Tera. A pocas fechas del relevo de la dirección cofrade, el 3 de mayo, es en el Viernes Santo cuando al finalizar los oficios litúrgicos el Juez de la Hermandad se encarga de repartir en su casa los bollos de pan y el vino.
Después de la celebración litúrgica de este mediodía del Viernes Santo, presidida por el sacerdote venezolano Gregorio Contreras y actuando de maestro de ceremonias el párroco Raúl Vega, se llevó a cabo el desfile procesional del Vía Crucis, desde la iglesia hasta la ermita sede del Bendito Cristo de la Vera Cruz, ubicada a la vera del camino jacobeo. Las 14 estaciones entonadas con salmos penitenciales a cargo del coro parroquial procuraron un solemne Vía Crucis de salida y regreso al templo parroquial.
Junto al Juez o mayordomo de la cofradía, Felipe Lobato, el tesorero, Santiago Pérez, y el alumbrador (encargado de encender diariamente la lámpara del Crucificado en la ermita), Heliodoro Mateos, una nutrida representación de cofrades y vecinos participaron en este particular Vía Crucis de Sitrama de Tera.
Ya en la casa del Juez, rector de la Hermandad del Bendito Cristo de la Vera Cruz, y tras la bendición por el párroco de los panes y del vino, en esta ocasión embotellado, se daba paso al reparto de las bollas y del caldo de las vides de esta tierra. Como manda la tradición.