
Investigadores de la Universidad de Illinois (Chicago, Estados Unidos) han realizado una encuesta a 501 adultos con asma y el 75 por ciento de ellos ha reconocido tener dificultad para respirar al llevar la mascarilla y el 84 por ciento ha afirmado experimentar molestias al usarla.
La investigación, que se ha publicado en ‘The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice’, ha comprendido el alcance y los problemas relacionados con el uso de mascarillas en la era de COVID-19.
El equipo de estudio ha encontrado una asociación entre un peor control del asma y más síntomas al usar una mascarilla. Para los expertos, es probable que este hallazgo se deba al hecho de que las personas con asma no controlada son más propensas a experimentar falta de aire y dificultad para respirar incluso sin una mascarilla.
Asimismo, el 45% ha explicado que tenía problemas para respirar y que ha experimentado un aumento de tos cuando usaba mascarilla. Sin embargo, el 39% indicó que no había cambios en su asma cuando usaba protección. En particular, el cinco por ciento respondió que no siempre usaba una mascarilla, y el dos por ciento indicó que había mejorado los síntomas de asma cuando usaba una, probablemente porque la mascarilla los protegía contra el polen/los contaminantes que desencadenaban su asma, según un estudio.
Los encuestados han recomendado a otras personas que también padezcan asma que se tomen el tiempo suficiente para encontrar una mascarilla que le sea cómoda y aconsejan que sea de algodón. También puntualizan que es importante llevar siempre a mano el inhalador y de vez en cuando, consideran necesario realizar técnicas de respiración y tomarse un descanso del uso de la mascarilla.