La esperada celebración del día de San Vicente de Paúl en el Colegio homónimo de Benavente comenzó con entusiasmo, pero fue rápidamente interrumpida por un fuerte chubasco que obligó a cambiar los planes. A las 10 de la mañana, todo estaba preparado en el patio principal del colegio, para el «Paso del testigo», pero la intensa lluvia hizo que los alumnos tuvieran que refugiaran en los soportales, mientras los profesores decidían cómo proceder.
La situación meteorológica obligaba a los alumnos a recoger velozmente el escenario improvisado en el que se celebraría el paso del testigo, entre los alumnos de 4º de la ESO y los de 1º de infantil. Este acto, cargado de emoción y uno de los más famosos del centro, es una bonita tradición que simboliza el paso de generaciones, entre los alumnos que ya han completado su ciclo en el colegio, y quienes acaban de comenzar su andadura en él.
Mientras tanto, dentro del edificio, los alumnos de 4º de ESO se encargaron de repartir vasos de chocolate caliente y dulces a todas las clases, en origen una actividad que se iba a realizar en la pradera de Benavente. Los niños y profesores disfrutaron de una jornada de convivencia en las aulas para conmemorar el día de San Vicente de Paul, imposibilidad de trasladarse al aire libre.
Seguidamente, se encontró un emplazamiento para llevar a cabo el paso del testigo, el salón de actos del colegio. Unos alumnos de 4º de la ESO, visiblemente emocionados, recibían a los más pequeños del centro, de tan solo 3 años, en un ambiente cargado de sentimiento y significado para toda la comunidad educativa.
