Castilla y León refuerza la vigilancia en sus montes con más cámaras

La inversión de 15 millones de euros permitirá ampliar la red de cámaras en varias provincias hasta 2026.

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio instalará cámaras de vigilancia en montes y superficie arbolada de Burgos, Palencia, Valladolid y Segovia y las ampliará en las otras cinco, donde ya se encuentran implantadas, es decir, Soria, León, Zamora, Salamanca y Ávila. «Estamos tejiendo de cámaras de vigilancia forestal la Comunidad», comentó el titular del departamento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien recordó que hay prevista una inversión de 15 millones de euros para este objetivo, que concluirá en 2026. Actualmente, se contabilizan alrededor de 200 equipos distribuidos, y el reto es duplicar el número de cámaras.

Así lo trasladó el consejero que consideró la repercusión de estas cámaras en los datos de superficie calcinada, con lo que la «sensación de impunidad que pueda tener quien quiera quemar el monte intencionalmente o quien sea descuidado, va dando un cierto temor a que puedan ser captadas por imágenes», si bien espetó que «no están para grabar a personas, pero si las graban se pondrán a disposición de la investigación policial y judicial».

Suárez-Quiñones explicó que 2024 ha sido un «año razonable», junto con 2023, «con daños muy limitados». Se refirió, en este punto, a la ausencia de fuegos de sexta generación, «catastróficos, que no han existido en los dos últimos años, pero sí en 2022». «Habitualmente, el comportamiento de los incendios en los sucesivos años es de dientes de sierra. Es decir, hay un año malo y luego hay uno, dos o tres que se comportan mejor. Y por tanto en la evolución se puede ver ese comportamiento», manifestó.

No obstante, recordó que ahora no han confluido las mismas circunstancias que en el verano de 2022, «no se dio la tormenta perfecta», pero «aún así hubo situaciones de riesgo, como olas de calor, altas temperaturas, humedad… pero no coincidieron de forma desordenada o desbordada los tres factores a la vez». En aquel año, además, se produjeron tormentas secas, eléctricas y nocturnas, que «multiplicaba los focos y que por lo tanto, sin intervención de los medios aéreos por la noche, hacía que cuando pudieran hacerlo el incendio ya se había extendido». «La velocidad de propagación no era conocida por nuestros técnicos en 30 años», precisó.

Instalará cámaras de vigilancia en Burgos, Palencia, Valladolid y Segovia y las ampliará las de Soria, León, Zamora, Salamanca y Ávila.

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