Benavente se encuentra en plena cuenta atrás para celebrar una de las festividades más significativas del año, la Semana Santa, y lo hace con una serie de actos y procesiones organizados por las cofradías de la ciudad. Entre ellos destacan los preparativos de las cofradías de la Santa Veracruz y el Santísimo Cristo de los Afligidos, que cuentan con un largo historial de devoción.
Actos solemnes y restauraciones de imágenes
José Antonio Martínez Lucio, presidente de las cofradías de la Santa Veracruz, del Santo Entierro, y las secciones de las Damas de la Luz y la Soledad, compartió detalles de los actos que se llevarán a cabo durante estas fechas. Además de las misas de Navidad y Cuaresma, y la tradicional misa de hermanos difuntos, destaca la solemne eucaristía presidida este año por el obispo de Zamora, Monseñor Fernando Valera Sánchez, que se celebrará el sábado 12 de abril en la iglesia de Santa María. A esta ceremonia se suman otros momentos destacados como el relevo de alcaldes caballeros y la entrega de medallas a nuevos cofrades.
Además, la restauración de varias imágenes religiosas, como el Cristo del Calvario y la Virgen de la Soledad, se ha convertido en una prioridad para mantener la tradición viva.
La procesión del Santísimo Cristo de los Afligidos
Por otro lado, Paulino Galván, mayordomo del Santísimo Cristo de los Afligidos, presentó la procesión que se realizará el Viernes Santo. Esta es una de las más esperadas de la Semana Santa benaventana, en la que se rezarán siete oraciones por los afligidos del mundo. Con 15 años de historia, esta procesión sigue recibiendo el cariño y la participación de los fieles, convirtiéndose en un acto muy representativo de la ciudad.
Finalmente, la Semana Santa en Benavente culminará con el encuentro entre la Virgen de las Angustias y el Resucitado en la Plaza Mayor, un momento cargado de emoción y simbolismo que marca el cierre de las festividades.
Una celebración de identidad y cultura local
Los benaventanos y visitantes ya están listos para vivir esta celebración, que, más allá de los actos litúrgicos, es una muestra de identidad y sentimiento profundo hacia la tradición y la cultura local.