Los fenómenos meteorológicos como los huracanes y las DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) son responsables de causar importantes daños a lo largo del mundo. Pero, además de su impacto destructivo, algo que siempre llama la atención es su nombre. ¿Alguna vez te has preguntado cómo se eligen los nombres de estos fenómenos? ¿Qué criterios se siguen y por qué algunos se repiten mientras que otros se retiran para siempre?
El origen de los nombres de los huracanes
La práctica de nombrar huracanes comenzó en el siglo XX, cuando el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos decidió utilizar nombres femeninos. Sin embargo, en 1979, esta costumbre cambió para incluir también nombres masculinos, con el objetivo de evitar prejuicios de género. Hoy en día, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) es la entidad encargada de asignar los nombres a los huracanes en diferentes regiones oceánicas, como el Atlántico y el Pacífico.
Un sistema rotativo y respetuoso
Los nombres de huracanes se eligen a partir de listas que rotan cada seis años. Estos nombres están organizados de forma alfabética y suelen evitarse letras poco comunes como la Q o la Z. Además, cuando un huracán es especialmente destructivo o causa una gran cantidad de muertes, su nombre se retira de la lista en respeto a las víctimas. Este fue el caso de Katrina o Irma, cuyos nombres nunca se volverán a usar debido a la magnitud de las tragedias que causaron.
DANA: un sistema no oficial pero cada vez más popular
A diferencia de los huracanes, las DANA no cuentan con un sistema oficial de nomenclatura internacional. Este tipo de fenómenos, que son más comunes en el Mediterráneo, se caracterizan por ser depresiones atmosféricas aisladas en las capas altas de la atmósfera. A pesar de no tener un comité oficial que designe sus nombres, meteorólogos y medios de comunicación han comenzado a nombrar las DANA para facilitar su identificación y seguimiento, especialmente en países como España.
Este proceso se ha popularizado en los últimos años debido a la creciente importancia de los fenómenos meteorológicos en la cobertura mediática y la necesidad de que el público esté mejor informado sobre ellos.
Huracanes más devastadores de la historia
A lo largo de los años, algunos huracanes han dejado huellas imborrables debido a su destrucción masiva. Aquí destacamos tres de los más recordados:
Huracán Katrina (2005)
El Huracán Katrina es sin duda uno de los huracanes más devastadores en la historia de Estados Unidos. Alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson y golpeó con especial dureza a Nueva Orleans, donde los fallos en los diques provocaron inundaciones catastróficas. Se estima que más de 1.800 personas murieron y los daños superaron los 125.000 millones de dólares.
Huracán Irma (2017)
En 2017, el huracán Irma arrasó el Caribe y parte del sur de Florida con vientos de hasta 285 km/h, siendo uno de los huracanes más potentes jamás registrados en el Atlántico. Irma causó daños significativos en islas como Barbuda y San Martín, con un costo económico estimado en 77.000 millones de dólares.
Huracán Mitch (1998)
El Huracán Mitch es recordado por ser uno de los más mortíferos, principalmente en Centroamérica. Las intensas lluvias desencadenaron deslizamientos de tierra e inundaciones masivas, sobre todo en Honduras y Nicaragua, dejando más de 11.000 muertos y daños irreparables.
El huracán Kirk y su impacto en España
Esta semana, el huracán Kirk ha sido el protagonista en la península ibérica. Aunque inicialmente se formó como un huracán en el Atlántico, al llegar a España, Kirk se ha convertido en una poderosa borrasca. A pesar de que ya no tiene características tropicales, sus efectos son notables, especialmente en las regiones del noroeste.
Efectos en Galicia y el norte de España
El exhuracán Kirk ha generado vientos superiores a los 120 km/h, con rachas de hasta 150 km/h en áreas montañosas. Además, las costas gallegas han sido golpeadas por olas de hasta 7 metros, generando condiciones marítimas extremadamente peligrosas. Las lluvias también han sido intensas, y se espera que continúen en los próximos días, con riesgo de inundaciones en algunas zonas.
¿Por qué es importante nombrar estos fenómenos?
Los nombres de los huracanes y las DANA cumplen una función crucial: facilitar la comunicación y comprensión de estos eventos climáticos entre el público. Cuando un huracán o una DANA son identificados con un nombre, resulta más sencillo hacerles seguimiento y comprender su evolución. Además, el uso de nombres ayuda a las autoridades y a los medios de comunicación a difundir alertas de manera más efectiva, salvando así vidas y reduciendo el impacto de estos fenómenos.